Cada año en el mundo entero se celebra el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer y se evalúan por los gobiernos, las empresas, las universidades y en general la sociedad civil los avances en esta materia, la verdad siempre se concluye que hay puntos para resaltar pero que todavía falta mucho por hacer.

El caso colombiano no es la excepción, la verdad es que el interés en las políticas públicas para mujeres es muy bajo porque requiere de un liderazgo permanente que muy pocos políticos y gobernantes tienen en su agenda pública.

Pero los hechos que en los últimos años han marcado la realidad de las mujeres en Colombia obliga a que se convierta un tema prioritario y urgente, de lo contrario en muy poco tiempo vamos a tener familias destruidas por la violencia contra las madres y niñas. Vemos mujeres y niñas violentadas, embarazadas y sin educación, se explicará porqué.

Algunas cifras de violencia sexual del Instituto Nacional de Medicina Legal indican lo siguiente: 18.416 casos de violencia sexual contra menores de edad sucedieron en el 2016, 6.188 tenían entre 10 y 13 años, el 85% de los casos de violencia sexual corresponden a niñas, 43 niñas al día son víctimas de violencia sexual.

Es claro que la normatividad en Colombia sanciona los comportamientos violentos contra las mujeres, un ejemplo de ello es la ley 1257 de 2008 “Ley contra la No Violencia a la mujer” y la ley 1761 de 2015 conocida como “Ley Rosa Elvira Cely”, que muestran claramente el rechazo a este tipo de comportamientos.

Por tanto, no es un problema de leyes, es de convivencia, del fortalecimiento de valores en la familia, no se enseña el respeto y buen trato a la mujer donde los padres han dejado de transmitir el valor de la mujer en la sociedad.

Sin embargo, si hay que pensar que está pasando con la administración de justicia en estos casos, es importante revisar si los funcionarios judiciales están capacitados para distinguir entre lesiones personales y feminicidio, que en muchos casos no se evita por no verlo a tiempo.

Los tiempos de atención es necesario agilizarlos, la justicia para las mujeres debe ser pronta y eficiente para que tenga un resultado preventivo y sancionador, de lo contrario no sirve para nada la existencia de la ley que no se aplica.

Otro aspecto que llama la atención es el embarazo precoz 17.4% de mujeres entre 15 y 19 años ya son madres o han estado embarazadas, 15 menores de edad quedan embarazadas cada día, 6 muertes de niñas embarazadas entre los 10 y 14 años sucedieron por causas previsibles, 5.542 niños de madres entre los 10 y 14 años nacieron en 2016.

Es urgente que las administraciones nacionales y locales diseñen políticas públicas eficientes para combatir el embarazo adolescente, es obvio que las campañas de sensibilización y las cátedras de sexualidad no han surtido el efecto necesario, se requieren de acciones más contundentes que eviten los embarazos precoces y la pésima atención que reciben las madres jóvenes gestantes y los niños.

Otro aspecto preocupante es el de la educación el 40.7% de niñas considera que el papel más importante de las mujeres es cocinar, el 6.9% de las mujeres entre 13 y 24 años abandonaron los estudios por embarazo, 15.7% de niñas entre 13 y 14 años no tienen educación primaria y el 16% de niñas no están vinculadas al sistema educativo.

Desde el punto de vista educativo es urgente evitar que las niñas se retiren de los ciclos educativos por los embarazos, es fundamental que continúen y terminen su educación para poder garantizar su supervivencia y la del menor.

Pensar por ejemplo en educación virtual para aquellas que han tenido su hijo y no tienen quien se los cuide, o en guarderías en los colegios para que puedan asistir a sus clases con su hijo sin abandonarlo ni dejar sus estudios.

Es claro que se debe trabajar mínimo en tres frentes contra la violencia a las mujeres y niñas, evitar el embarazo precoz y que terminen sus estudios. En la medida que tengamos mujeres y niñas educadas, valoradas, respetadas podemos comenzar con el cambio que se requiere hacia el futuro.

Con ocasión de las próximas elecciones legislativas y presidenciales, es importante analizar cuantos candidatos al Congreso de la República proponen cambios para las mujeres en Colombia, así mismo, hay que revisar de los Candidatos Presidenciales quienes proponen algo contundente para las mujeres y niñas del país.

Desafortunadamente en la mayoría de los casos las buscan en época electoral para que les llenen los eventos, voten por ellos y una vez posesionados no se acuerdan de aquellas mujeres que creyeron en ellos, que les dieron su voto y que al final nunca cumplieron con lo prometido.

La mejor inversión del país es en sus mujeres y niñas, que representan más del 50% de la población colombiana, mejorar sus condiciones de vida generará más desarrollo al país que cualquier inversión, es un impulso a largo plazo, es invertir en la familia, en la sociedad y en la nación.

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